Carta de la mamá de Rocío


El Dolor de una madre.

Me llamo Lucila y soy la mamá de Rocío, asesinada con 25 años el 30 de Noviembre del 2008.

Quiero con mi relato expresar como es mi vida después de este hecho tan dramático. Hasta el relatar esto me cuesta un dolor incontrolado, me siento perdida pues no es fácil definir el sufrimiento, me siento rota por dentro, con una soledad interna que para los demás es muy difícil de entender y expresan como consuelo y de forma equívoca, una frase que te hiere: “El tiempo todo lo cura” ¡¡Falso!!. El paso de los años se hace cada vez más cuesta arriba, el sufrimiento se va haciendo más profundo y no deseas que el tiempo siga su curso, no quiero que llegue cada una de las estaciones del año, pues cada una de ellas trae un recuerdo insufrible, tampoco quiero que acabe el día y le saco el máximo jugo aunque no pueda con mi alma hasta llegar al agotamiento.

Cuando al final no tengo mas remedio que ir a la cama y te encuentras a solas con el silencio de la noche, solo Dios sabe el calvario que paso hasta quedarme dormida, todas las noches se lo pido a mi hija, es la única forma de poder vivir unas horas sin estar angustiada. El no querer que se termine el día es para no tener que enfrentarme a otro nuevo y volver a ese dolor que te ahoga, volver a los recuerdos, al temor de no poder expresar constantemente tu dolor.

Ya no eres dueña de tu vida, una parte de ella te la han quitado, ahora las riendas de mi vida es el dolor, la angustia, la impotencia etc. Es un antes y un después, a veces la desesperación es tal que me vuelvo loca y solo pregunto el ¿Por qué? Me angustia el no verla, no oírla, sus entradas y salidas, su alegría el no poder besarla ni que me bese, y el no oírla decir “Mamá”.

Todo esto es en lo que se ha convertido mi vida día tras día, con muchas lágrimas derramadas y otras tantas en el corazón, si el infierno existe yo lo estoy pasando en vida. Solo me queda la esperanza y la Fe, que algún día volvamos a encontrarnos, porque si no es así, ¿la vida tendría algún sentido?

Todo esto es mi realidad.

A vuestra disposición.
Lucila.