Características de la mujer maltratada


Patrones y similitudes de la mujer maltratada

Definir un único patrón de mujer que ha sufrido maltrato no es una tarea sencilla ya que no todos los casos de maltrato o de una mujer que haya sufrido episodios de Violencia de Género van a ser iguales. Además, da igual la condición social de la mujer, ya sea ama de casa o trabaje fuera de ella, tenga más o menos independencia económica, haya recibido una mejor o peor educación o su estatus social sea más elevado o menos elevado, que la característica común y principal es que sea mujer.

Es más, es cuando las mujeres ya han sufrido agresiones ya sea del tipo físico o psicológico cuando, efectivamente, se empiezan a dar cambios en su personalidad. Es, a partir de aquí cuando sí que existen una serie de características comunes en las víctimas.

Tampoco debemos olvidar que el agresor puede aparecer de mil formas diferentes y que, lo más común es que el maltrato empiece al principio de la relación de forma muy sutil en forma de maltrato psicológico y que poco a poco, con el paso del tiempo, este maltrato se vaya recrudeciendo, o simplemente se quede en esta forma ya que es suficiente para ejercer el control deseado. Este maltrato sutil es aquel que no aparece en televisión, es un maltrato muy difícil de detectar y, en muchos casos, la mujer que lo sufre y el entorno que rodea a la pareja no se dan cuenta.

Entrando de lleno en las “características” que se llegan a encontrar en varias mujeres maltratadas víctimas de la Violencia de Género, estarían:

Dependencia y pérdida de identidad. Las mujeres maltratadas suelen perder su libertad e individualismo, dejando de lado de realizar las cosas que a ellas mismas le caracterizaban, y estando a todo momento a las órdenes de su pareja, pidiéndole siempre permiso a esta para realizar cualquier cosa. Pierden toda identidad para vivir prácticamente a la sombra de los demás, sintiéndose indefensa y asumiendo que sin su pareja no pueden hacer nada. Rara vez se dejan ver por reuniones familiares o de amigos ya que siempre intentarán rehuir de cualquier actividad social y siempre preferirán estar con su pareja.

Baja autoestima. El valor que se da así misma una mujer que ha sufrido un maltrato es muy bajo. Difícilmente pensará en ella misma y siempre estará condicionada por su pareja. Es muy común que piensen que todo lo que hacen está mal, auto inculpándose de prácticamente todo. No se valoran ni piensan en los logros que han conseguido como persona y no desarrollarán sus potenciales en otras áreas prefiriendo quedarse aisladas en casa, cuidando de ella y teniendo absolutamente todo preparado para cuando su pareja llegue que lo encuentre todo listo y perfecto. En ocasiones, se puede dar el caso de que estas mujeres hayan vivido en círculos familiares donde no se le haya prestado la suficiente atención, por lo que la falta de cariño existente en una relación de pareja lo asumen como normal.

Ansiedad. Viven sumidas en la tristeza continua, sometiéndose diariamente a muchas situaciones de estrés y de ansiedad. La incertidumbre en su vida diaria es continua lo que les sume poco a poco hacia una depresión, donde aún se van a valorar menos como persona. Este estado provocado por el estrés y la ansiedad hará que se les vea pasivas ante todos los problemas que puedan surgir y que siempre estén esperando un cambio que ellas mismas difícilmente lo tomarán en este estado. Por ello, la obligación también que tenemos los demás de detectar estos casos e intentar dentro de lo posible que la persona afectada se de cuenta de la relación, siempre con un grado de sutileza extrema para evitar nuevos enfrentamientos.

Miedo. No hay que engañarse, toda persona que está luchando por su propia supervivencia siente miedo a cualquier estímulo. Por una parte, la mujer maltratada puede sentir indefensión sin su pareja y, a su vez, siente miedo de ella. Siente miedo a cualquier reacción que pueda tener, a que las cosas que ella haga no sean de su agrado o simplemente por si piensa que no hace lo suficiente por su pareja. En ocasiones, este miedo viene acompañado de temblores, hipervigilancia, palpitaciones, sobresaltos o ataques de pánico.

Variación de la Realidad. A pesar de que no suelen sociabilizar con frecuencia, cada vez que tengan un encuentro social y se les pregunte por ellas mismas, en muchas ocasiones intentarán esquivar ciertos temas, distorsionarán la realidad o justificarán los actos de su pareja culpabilizándose por todo lo sucedido a sí mismas. A pesar de esto, se puede leer muy bien entre líneas el sufrimiento y tristeza de la mujer que está siendo víctima de la Violencia de Género ya que, lo que en realidad está buscando es comprensión y consuelo por parte de los demás, ya que, en muchas ocasiones, lo que en realidad está lanzando es una llamada de atención para salir de la situación en la que está viviendo.

El primer paso que se debe de dar en este tipo de situaciones es hacer ver que la mujer maltratada no está sola, que tiene a personas que la quieren y que le quieren ayudar. Ella se tiene que sentir poco a poco arropada para dar el primer paso y contactar con asociaciones de ayuda como AFAVIR, el centro de ayuda 24 h de la mujer maltratada o cualquier otro centro local de que la pueda ayudar. Es fundamental recordar que de esta situación se puede salir y que es posible rehacer la vida de estas personas para que puedan vivir en paz y disfruten de ellas mismas y su círculo más cercano.

No seas cómplice, si conoces a alguna mujer que está pasando por esta situación, ayúdala, oriéntala, no la dejes sola, no mires hacia otro lado pensando que esta situación no va contigo. Demuéstrale tu cariño, no la presiones, hazle sentir que estás de su parte que estás ahí para apoyarla y ayudarla con todo lo que haga falta. La Violencia de Género no es un problema individual, es un problema social que entre todos debemos de erradicar.